Hace 12 años, cuando empecé a dirigir Nature,
no esperaba que llegáramos a saber tanto
sobre los planetas. Los nuevos telescopios
son efectivos.
¿Qué encontraremos
en esos planetas?
Vida. Y no tardaremos
demasiado.
¿De verdad?
Yo espero vivir lo
bastante para verlo.
Una buena razón para resistir.
La mejor para un
científico. Espero ver confirmada vida
extraterrestre en dos décadas.
¿Cómo lo sabremos?
Evaluando las
atmósferas de esos más de 200 planetas de
otras estrellas que hoy analizamos a fondo.
Se trata de buscar planetas iguales que la
Tierra que puedan albergar vida orgánica,
agua, microbios... Y seguramente otras
formas de vida más avanzadas.
¿Vida inteligente?
Habría que definirla,
pero ¿por qué no?
Será difícil.
No tanto. No tenemos
por qué ser tan únicos en el universo. Al
fin y al cabo, los humanos somos fruto de
una casualidad no tan insólita que se puede
volver a repetir.
¿Cómo?
Existimos porque hace
60 millones de años, un meteorito impactó
contra la Tierra y causó un cataclismo que
acabó con los dinosaurios. Ese nicho vacío
lo ocuparon los mamíferos de los que
descendemos. Fue una casualidad cósmica, sí,
pero repetible.
¿Cómo sabremos que se ha repetido?
Si observáramos la Tierra desde otro planeta
de otro sistema solar, deduciríamos que en
ella hay vida inteligente al analizar la
atmósfera y el impacto que los humanos hemos
causado en su equilibrio...
No sé si somos vida tan inteligente.
... Del mismo modo, nosotros podremos
detectar un impacto de la vida inteligente
similar al nuestro en las atmósferas de
otros planetas que estudiamos.
¿Aún espera grandes descubrimientos?
Ahora viene lo mejor.
Soy físico y para mí el año que viene será
un año muy excitante: se pondrá en marcha el
gran acelerador de partículas. Tal vez con
ese acelerador expliquemos la materia oscura
del universo.
Demasiado oscura para mi cerebrito.
Gran parte del universo es materia oscura
que hace tan sólo 30 años, cuando se diseñó
el acelerador, no sabíamos ni que existía.
Tal vez logremos así un mejor nivel de
descripción de las leyes de la naturaleza.
¿Es difícil publicar en Nature?
Recibimos diez mil artículos al año y
publicamos novecientos: un artículo en
nuestra revista consagra la carrera de un
científico.
¿Cómo se consigue?
Nuestro criterio es publicar sólo los
descubrimientos que nos revelen algo nuevo
sobre el modo en que funciona el mundo.
No suena tan difícil.
Cada vez hay más recursos destinados a
investigación, pero no siempre más dinero
significa más resultados. Y en cambio, más
dinero siempre supone para el investigador
más presión para obtenerlos.
Es duro admitir error e irrelevancia.
Imprescindible. La clave del avance
científico es la autocrítica y la capacidad
de exponerte a las críticas y aprender de
ellas.
¿Y si lo que investigas no sirve?
Muchos experimentos no logran
descubrimientos significativos, pero
contribuyen a que otros los logren.
Necesitas creatividad, imaginación,
conocimiento y comprender a fondo el sistema
en que trabajas. Y aun así... La ley de
Murphy, ya sabe, se cumple.
¿Cómo ve la investigación en España?
Me temo que ustedes
siguen retribuyendo más el cargo que los
resultados de la investigación y el talento
que los puede conseguir.
Todo un diagnóstico... Dolerá.
La ciencia en España aún está encorsetada en
inoperantes burocracias y jerarquías
paralizantes. Si quieren progresar, tendrán
que empezar a compensar antes por los
resultados obtenidos que por tener un cargo.
¿Y ustedes no se equivocan alguna vez?
En mis doce años de
director, hemos retirado siete artículos y
hubo un par de casos que podríamos
considerar fraude.
Tipos listos, si engañaron a Nature.
Por poco tiempo y no fueron listos: Henrik
Schon, de los prestigiosos laboratorios Bell,
nos presentó un artículo muy prometedor
sobre semiconductores. Al principio, nos
engañó y lo publicamos, pero nuestro equipo
acabó detectando que repetía los resultados
en experimentos diferentes.
¿Ha rechazado algún texto por ética?
Uno sobre tecnología nuclear: daba
información peligrosa si caía en manos de
terroristas. Y también empezamos a recibir
de repente muchos artículos sospechosos
contra el cambio climático.
¿Cuál fue el artículo de su vida?
Publicamos el genoma humano. Revelamos el
código de cada una de nuestras células.
Eso sí que es una exclusiva.
Revolucionó la biología al descubrir que las
células podían ser reprogramadas: hizo
evidente que se podían clonar seres humanos.
Un notición: y ustedes lo certificaron.
Tenemos tanta
credibilidad que me preocupa sentar cátedra
de forma que frenemos el proceso popperiano
de falsacionismo. En ciencia tampoco hay
verdades eternas: lo que es cierto hoy puede
no serlo mañana, aunque esté publicado en
Nature.
¿Qué sugiere?
Popper diría que la publicación de un
descubrimiento en Nature debe
incentivarnos más para demostrar que es
falso.
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