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Este extraño personaje
que fue
Nikola Tesla
se adelantó tanto a su
tiempo, sus inventos fueron tan
extraordinarios y sus contactos
extraterrestres tan increíbles, que
muchos creyeron ver en él a un ser
venido de otro planeta, más
precisamente, de Venus.
Nikola Tesla nació en la zona de los
Alpes, en Croacia el 9 de julio de
1856. Hijo de un pastor de la
Iglesia y de una mujer muy famosa en
la región por su extraordinaria
inteligencia, una mujer que -por
ejemplo- tenía una memoria
fotográfica y recitaba de memoria
miles de poemas servios y pasajes
bíblicos. Nikola Tesla murió en
1943, a los 87 años de edad.
Este extraordinario inventor fue
básicamente un "descubridor de
nuevos principios". Fue el inventor
de los generadores de corriente
alterna multifásica que hoy iluminan
todas las ciudades del mundo. |
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Fue el inventor original de la radio, hecho
que registró en papeles y demostró
públicamente cinco años antes que Marconi. También a comienzos de
éste siglo discutía la factibilidad de
lograr la televisión tal como la concebimos
hoy y que apareció masivamente después de su
muerte.
Creó también un desintegrador atómico capaz
de evaporar rubíes y diamantes.
Construyó lámparas de neón sin hilos, que
daban más luz que las actuales.
Entre sus fabricaciones se cuentan también
los precursores de los actuales microscopios
electrónicos, las fotografías láser y lo que
el llamó las "sombragrafías" que no eran
otra cosa que las placas logradas con Rayos
X, que mando en 1895 a Roentgen, el
descubridor de estos rayos, quien pudo
constatar la similitud de las placas que
había logrado, con las que mucho tiempo
antes Tesla usaba. También 75 años antes de
que el gran investigador Kirliam diera su
nombre a la máquina capaz de fotografiar el
cuerpo energético de seres vivos y plantas,
Nikola Tesla experimentaba con ella.
Todos estos excelentes inventos los logró
antes del 1900.
Trabajo muy cerca de Thomas Edison, vendió
sus patentes en un millón de dólares a
George Westinghouse, fue gran amigo del
escritor Mark Twain y contó con el apoyo
financiero de J.P. Morgan, el magnate de su
época; pero aún así, muy poca gente ha
escuchado hablar de él; incluso se lo conoce
más por la literatura ocultista que por sus
inventos. Y cuando hablo de su relación con
el ocultismo, me refiero específicamente a
la versión de su nacimiento venusino,
apoyada esta creencia en la capacidad
psíquica de Tesla, su celibato y sus
contactos extraterrestres registrados en
1900; además de su capacidad inventiva
adelantada a su tiempo.
Después de su muerte, en 1956, la escritora
Margaret Storm en su libro "Retorno del Ave"
y refiriéndose a Tesla decía que fue un
hombre que "cayó a la Tierra" con la misión
de iluminar a la humanidad y traer la
automatización. Tesla, por su parte, se reía
de la parapsicología y el espiritismo y
afirmaba que el hombre es una máquina.
Atendía su cuerpo con lo que llamaba
"principios de ingeniería", seguía una dieta
vegetariana y dormía solamente tres horas
diarias. Entre las proezas, se cuenta que
miles de voltios eléctricos pasaron por su
cuerpo para encender lámparas, explotar
discos de plomo y derretir trozos de metal
que sostenía en su mano, mientras la
electricidad actuaba en él. Creó también un
disparador de 135 pies con ruido de trueno
incluido, además de inventar el robot de
control remoto, mucho antes que Marconi
experimentara con ondas de radio, en 1890.
Nikola Tesla almacenaba todo en su cerebro.
Ya en la escuela se destacaba porque
resolvía los problemas matemáticos siempre
en forma mental y ya de adulto, diseñaba sus
inventos visualizándolos, y llevándolos a
la práctica muchos años después
directamente, sin bosquejos previos. En
determinado momento de su vida, debido a su
tozudez en finalizar todos los proyectos que
había iniciado, su sistema nervioso decayó y
sufrió un colapso físico total. Su
supersensibilidad magnificaba su poder
receptivo miles de veces. Fue así que sus
agotados nervios se estremecían a la vista
de la luz solar o ante el ruido del tráfico;
incluso no soportaba el zumbido de las
moscas o el tic-tac de un reloj ubicado en
una habitación vecina, ya que esos pequeños
ruidos, en su cerebro, retumbaban como puede
retumbar en nuestras cabezas una gran
explosión.
En
ese momento de gran sensibilidad aseguraba
que podía encontrar objetos en la oscuridad
con la ayuda de una luz en su mente.
Luego, ya repuesto de este colapso, mientras
realizaba una de sus primeras caminatas
junto a un amigo, cayó en trance mientras
recitaba el Fausto de Goethe. Cuando salió
de su trance, se encontraba en un estado de
completo éxtasis, ya que había descubierto
el secreto para conducir la corriente
alterna. Su amigo y autor de la única
biografía de Tesla, el Premio Pulitzer John
O'Neill relata que en el momento del
descubrimiento, Nikola Tesla le decía al
amigo que lo acompañaba: "Estoy hablando
de mi motor eléctrico. He resuelto el
problema. ¿No lo ves, aquí delante mío,
marchado silenciosamente?. Es el campo
magnético rotativo lo que lo mueve. ¿No es
hermoso? Y tan simple!. Mi motor liberará al
hombre, haciendo todo el trabajo del mundo"
(Por supuesto que la visualización
del invento era solamente de él, que tenía
grandes dificultades, para separar sus
imágenes interiores de la realidad).
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En 1884 Nikola Tesla llegó a Nueva York con
menos de un dólar en el bolsillo (ya que le
habían robado el equipaje), un libro con sus
poemas y una carta de recomendación. En esa
época Edison era ya famoso mundialmente, y
Nikola Tesla ansiaba trabajar junto a él, lo
que consiguió; pero lo que no pudo, fue
convencerlo de que usara su motor de
corriente alterna, en vez del pesado motor
de corriente continua que vendía la
compañía. Como Edison no estaba dispuesto a
renunciar al uso de su descubrimiento,
aunque la aplicación de la corriente alterna
de Tesla (que es, recordemos, la que usamos
hoy) fuese más efectiva, hubo un choque de
personalidades que terminó con el trabajo en
conjunto. Con el correr del tiempo, Nikola
Tesla se fue popularizando en los medios
científicos y técnicos. Daba elegantes cenas
en el Waldorf Astoria, supervisando
personalmente la cocina y luego invitaba a
sus comensales a visitar su laboratorio y
ver sus recientes inventos. Su biógrafo
O'Neill describe así su laboratorio:
"Es un lugar consistente en una
serie de fuerzas,
aparentemente ultraterrenas, que con
dedos invisibles ponen objetos en
movimiento y hacen brillar con
colores raros y resplandecientes a
los tubos de ensayo, transformando
la habitación oscura en otra
distinta, llena de sibilantes llamas
generadas en monstruosos calderos".
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Tenía un dispositivo inalámbrico para
producir electricidad por medio de vibración
sincronizada. Presentó, por ejemplo, un
barco de juguete accionado por control
remoto en el Madison Square Garden,
adelantándose en 50 años a las bombas
alemanas V-1 y V-2 accionadas por control
remoto.
Nikola Tesla, un hombre de gran visión,
pensaba que si podía iluminar por inducción
una lámpara a una distancia de 3 o 4 metros;
también podía repetir la experiencia en gran
escala, poniendo a toda la Tierra en
oscilación, logrando así que la luz y la
energía mundial fuesen gratuitas para toda
la Humanidad, por medio de sincronizadores
similares a nuestras actuales radios de
transistores.
En 1893, en la Asociación Nacional de
Energía Eléctrica, Nikola Tesla decía:
"La idea de transmitir información en forma
inalámbrica es la consecuencia directa de
los más recientes logros ... Ahora sabemos
que las vibraciones eléctricas pueden
transmitirse a través de un solo conductor.
¿Porqué no tratamos entonces de servirnos de
la Tierra con ese propósito?. Un punto de
importancia sería saber cual es la capacidad
inductiva de la Tierra y que carga tendría
al electrificarse".
En 1891 inventó una lámpara que usaba la
misma cantidad de corriente que la de Edison
(de filamento incandescente), pero daba
veinte veces más luz.
Su lámpara era un tubo de vidrio con un
trozo de carbón fijado a un alambre, en el
centro. Adentro había aire rarificado. Al
electrificarse el carbón las moléculas de
aire eran repelidas por el botón central,
rebotaban contra la esfera y volvían
nuevamente al centro; el carbón se
calentaba, volviéndose incandescente.
De esta manera lograba las altas
temperaturas con la que logró derretir
rubíes y diamantes y que fue el principio
para que años más tarde creara lo que el
denominó "el rayo de la muerte" que según
Tesla, podía hacer rebotar un rayo en la
Luna y hoy sabemos que era el antecesor del
Rayo Láser. Viéndo a la Tierra como a una
gran lámpara, Nikola Tesla realizó el
experimento más increíble de la historia
registrado antes de 1945. Usando sus
generadores y transformadores logró producir
energía con un exceso de 4.000.000 de
voltios.
Enviando alto voltaje a un mástil de 70 mts.
creó el equivalente de docenas de rayos con
un ruido ensordecedor. No solo fabricó un
Polo Sur artificial en el lado opuesto de la
Tierra; produciendo las oscilaciones
mundiales que había previsto, sino que logró
encender lámparas ubicadas a 40 kms. de su
laboratorio. Este experimento hizo volar la
usina de Colorado, lo que lo alejó de la
comunidad, que lo empezó a mirar como a un
ser peligroso. Pero lo que lo convirtió en
un alienado para la sociedad, fueron sus
contactos extraterrestres. Cierto día,
mientras se encontraba solo en su
laboratorio, sus equipos recibieron una
señal codificada; como aún no existían las
estaciones de radio, la única explicación
era una comunicación interplanetaria, que
Tesla juzgó provenía de Marte o de Venus.
En 1901 escribió un artículo titulado
"Hablando con los planetas". Cuando se
inicia el siglo XX , Nikola Tesla volvió a
Nueva York con una decisión tomada: Su plan
de distribución gratuita a nivel mundial de
energía. Diseñó gigantescas emisoras,
suponiendo que seis de ellas bastarían para
proveer de electricidad inalámbrica y
transmisión telefónica a todo el mundo. Pero
para este colosal emprendimiento necesitaba
forzosamente un caudal importante de dinero,
por lo que negoció con J.P. Morgan, quien le
dio a Tesla u$s 150.000 a cambio del 51% de
todas las patentes de su invención y las
futuras estarían a nombre de Morgan y como
Tesla estaba decidido a dar forma a su
proyecto sacrificó sus ansias de fama y
dinero en pos de su altruista plan.
Fue así que comenzó la construcción de
Wardenclyffe en Long Island, el 3 de julio
de 1901, cuando estaba por cumplir sus 45
años de edad. La obra fue dirigida por
Stanford White, el diseñador del Arco de
Washington. Estaba prevista una torre de 65
mts. con una terminal esférica de 20 mts. de
diámetro encima; pero los altos costos
llevaron a no poder continuar la obra. Entre
octubre de 1903 y febrero de 1906 escribió
más de 10 cartas a Morgan pidiéndole dinero
para completar el proyecto; pero el magnate
se ajustó a lo estipulado en el contrato
firmado y le negó la ayuda económica. Así
fue que el quebranto económico y el mísero
contrato firmado con Morgan no le
permitieron completar la construcción de
Wardenclyffe y lo privaron de su meta de
entregar a la Humanidad toda, la energía
necesaria, totalmente gratis.
No hay dudas que Nikola Tesla era un
psíquico. Su memoria fotográfica, sus
posibilidades de visualización y su
fisiología supersensible lo ubican en una
categoría única. Cuando viajó a Europa en
1890 por la muerte de su madre tuvo la
oportunidad de mantener interesantes charlas
con el famoso parapsicólogo Williams Crookes
y esos diálogos lo llevaron a creer en la
telepatía y en la vida después de la muerte;
pero ni siquiera la visión de la aparición
de su madre el día en que murió le cambió
(ni siquiera en el último minuto de vida) su
"racionalismo científico". A pesar de que
sus inventos le llegaban como revelaciones,
nunca se creyó metapsíquico. Su contacto
extraterrestre le dio fama entre los
ocultistas y se tejieron leyendas sobre su
nacimiento en una nave espacial y una
herencia venusina. La semana de su muerte
tuvo una visión de su amigo Mark Twain e
insistió en que se encontraba vivo, a pesar
de haber muerto 25 años antes.
Aunque su patria natal le proveía una
pensión de $ 7.500 anuales y lo proclamó
héroe nacional, Nikola Tesla murió en la
extrema pobreza.
Su amigo John O'Neill autor de su biografía
"Genio Prohibido" cuenta que Nikola Tesla
murió en soledad y pobreza, pero
interiormente satisfecho consigo mismo. Sus
obras sacaron a la humanidad del
primitivismo y dieron al hombre una libertad
tecnológica que nadie pensaba se podía
lograr. Lamentablemente, la avaricia ajena y
los prejuicios de su época entorpecieron su
gran proyecto, su meta altruista que hubiera
permitido a toda la Humanidad contar con
energía gratuita y permanente en todos los
rincones del planeta. Hoy nadie recuerda y
muy pocos conocen a este ser, adelantado a
su época, a quien le debemos muchos de los
elementos que hoy disfrutamos.
Nikola Tesla, tal vez, un ser no-humano que
llegó para cumplir una importante misión,
como fue brindar a la Humanidad adelantos
técnicos y utopías que todavía se pueden
realizar. |
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