|
En los
últimos 20 años ha habido un movimiento de revolución
energética en todo el mundo del que los medios de
comunicación, las publicaciones universitarias y las revistas
científicas de la clase dirigente no han informado.
La
mayoría de los descubrimientos en este sentido han sido
efectuados por mentes curiosas e ingeniosas, que en muchas
ocasiones han observado resultados experimentales en
cuestiones como la fusión fría, la superconductividad, y los
motores magnéticos que parecen violar las leyes actuales de la
física, la química y la electrodinámica. Para describir este
fenómeno, se ha adoptado un término, la energía libre,
que en muchos casos significa obtener más energía de un
sistema o de una reacción (como un motor magnético o una
reacción de fusión fría) que la que parece haberse aportado.
Una mejor explicación de este fenómeno es que se accede a un
excedente de energía a partir de una fuente cuyo origen aún
sigue sin conocerse completamente (nota: una bomba atómica es
un dispositivo de energía libre que es capaz de liberar una
enorme cantidad de energía sucia, a través de una radiación
nociva que es necesaria para desencadenar dicha
reacción).
La primera pregunta que le viene a la cabeza
a un escéptico en esta materia es que si la tecnología
realmente existe y los descubrimientos efectivamente se han
llegado a hacer, como es el caso de la celda de fusión fría
de Pons y Flieschman o el motor magnético de Rory
Johnson, ¿por qué no se han dado a conocer ni se han fabricado
de forma masiva en un mundo tan ávido de energía como el
actual? La respuesta a esto es la supresión. ¿Qué queremos
decir cuando hablamos de supresión? La supresión puede ser
activa o pasiva. Supresión activa como cuando una
multinacional o una petrolera o la propia OPEP, que no quiere
que dicho invento se comercialice, destruya o vuela por lo
aires el laboratorio en cuestión o el invento y amenaza al
inventor con matarle si vuelve a intentar comercializar el
revolucionario dispositivo. El otro tipo de supresión, la
supresión pasiva, se produce cuando una empresa competidora y
con gran cantidad de dinero, como pueda ser una de las grandes
petroleras multinacionales, compra la patente sin ninguna
intención de sacar la tecnología al mercado hasta que la
demanda del petróleo sea enormemente superior a la oferta y
los precios del combustible se pongan por las nubes; será
entonces cuando comience a comercializar un carburador de 42
kms/litro para motores de combustión interna.
Otros
tipos de supresión pasiva incluyen universidades que están
recibiendo una gran financiación de parte de fuentes
petrolíferas o nucleares de la clase dirigente, oponiéndose a
la realización de investigaciones o amordazando a brillantes
profesores universitarios (con amenazas a sus puestos de
trabajo) para que no publiquen sus teorías o resultados acerca
de los pormenores de estos motores de energía libre o
reacciones de fusión fría. Sirva también el ejemplo en el que
una Oficina de Patentes rechace la concesión de la
patente a una tecnología revolucionaria aduciendo que las
máquinas que implican un movimiento perpetuo no son
patentables, o en caso de ser patentables, imponen una
orden de secreto profesional o un secreto de sumario
que prohíbe al inventor la divulgación de información al
respecto por razones de que dicha divulgación podría ir en
detrimento de la seguridad nacional. Véase apéndice 2
A
continuación se muestran una serie de historias y casos de
supresión que son verdaderos, según nuestro leal saber y
entender; sin embargo, hemos cambiado los nombres y los
lugares para proteger a las personas inocentes que los
protagonizan. Esperamos que esta información le proporcione al
lector una serie de razones por las que esta tecnología de
energía libre no ha alcanzado la atención del mundo entero.
Quizá de esta manera quienes han perpetrado estas
terribles historias de supresión consideren dar marcha atrás a
sus planes e incorporen estas tecnologías a sus negocios
dándoles un uso rentable en el futuro. Estas tecnologías
pueden recuperar a la Madre Tierra, la cual parece agonizar en
este momento por culpa de los productos derivados de la fusión
caliente (centrales nucleares), las explosiones y las
radiaciones que van a parar a los niveles freáticos de
regiones como el ártico ruso o a Hanford, Washington, en donde
parece que terminan los residuos radioactivos (en el Río
Columbia). En el caso de los vertidos petrolíferos, tales como
el del buque cisterna Exxon Valdez o del petrolero británico,
estos desastres medioambientales han destruido lugares de cría
de peces y otros seres vivos. Lo que es bueno para las
multinacionales petroleras, para la OPEP o para las centrales
nucleares no necesariamente lo es para la Madre Tierra, la
salud animal y humana de nuestro país ni de los países
emergentes cuyos recursos energéticos están siendo explotados,
ni tampoco para el medio ambiente, como es el caso de la
tundra del ártico ruso ni de las selvas sudamericanas, que
están siendo destruidas por nuestros arrebatos consumistas de
energía.
Por estas razones, el desarrollo de la
tecnología energética ha llamado la atención de los inventores
inconformistas e ingeniosos. Entre los pioneros a los que han
admirado se encuentran Nicola Tesla, John Keely, y T. Henry
Moray, entre otros. El foco de atención se centrado en dos
áreas fundamentales de I+D: 1) la fusión fría y limpia, en
contraposición de la fusión caliente y sucia (energía
nuclear), y 2) la energía magnética de punto cero. Como hemos
dicho, estas tecnologías han sido suprimidas de forma activa y
pasiva. Esperemos que las siguientes historias les aporten más
detalles con respecto a la citada supresión.
1. En los
años 70, un extraordinario inventor llamado Rory Jonson, de
Illinois (EE.UU.), inventó un motor magnético de fusión
fría activado por láser que generaba 525 caballos de
potencia, pesaba 97 kilogramos y era capaz de propulsar un
autobús o un camión durante 160.000 kilómetros con tan sólo 1
kilogramo de deuterio y galio. Esto se produce muchos años
antes de que Pons y Flieschman o el doctor James Patterson
entraran en escena con su tecnología de fusión fría. Rory
Jonson llegó a estar en proceso de negociación con la compañía
de autobuses Greyhound para instalar este revolucionario motor
en unos cuantos autobuses para demostrar el ahorro de
combustible, la reducción de los costes de mantenimiento y por
tanto la mayor rentabilidad que era capaz de aportar a la
citada compañía.
El error que Rory Jonson cometió (por
supuesto que él no sabía que la OPEP le pisaba los talones a
cualquiera que opusiera algún tipo de competencia futura para
su negocio petrolífero y que él era el número 1 de su lista)
fue publicar activamente su motor magnético de fusión
avanzada en multitud de revistas, en los que contaba sus
planes para fabricar y distribuir este revolucionario motor
por todo el país (incluso he llegado a hablar con algunas
personas que había firmado acuerdos de distribución de dicha
tecnología). Por casualidad, después de que los empleados de
la compañía Greyhound trataran de ponerse en contacto con Rory
Jonson tras un año sin saber de él, se les comunicó que Rory
había muerto de forma inesperada. ¿Un hombre de salud
envidiable que muere a sus cincuenta y pocos años de edad?
Posteriormente se supo que por alguna extraña razón, Rory
había abandonado su laboratorio de forma inesperada en plena
noche y se había llevado todos sus motores y su tecnología a
California poco antes de morir.
Otra sorprendente
noticia que salió a luz con posterioridad fue que el
Ministerio de Energía estadounidense había impuesto una orden
judicial sobre la empresa de Rory, Magnatron, Inc., que le
prohibía producir el motor Magnatron. En el Anexo 1 se puede
ver una carta escrita por el senador del estado de Minnesota
Marion Manning y enviada al senador Dave Donenberger, también
de Minnesota, en el que le pregunta que cómo nuestro gobierno
era capaz de imponer una orden judicial así sobre el señor
Jonson. ¿Acaso no es ésta la tierra de la economía libre de
mercado? Parece que no. Algo huele mal en torno a todo este
incidente. ¿Acaso son los carteles del petróleo quienes dictan
la política energética del gobierno estadounidense? Pueden
leerlo más adelante.
¿Se acuerdan de la historia de
Ruby Ridge, que recientemente ha sido adaptada al cine, en la
que una serie de agentes estadounidenses excesivamente
entusiastas asesinan a la mujer y al hijo de Randy Weaver?
Pues de manera simultánea a este asedio del FBI, otro
inventor, en ese mismo momento, se encontraba trabajando en un
avanzado dispositivo de energía de punto cero en el norte de
Idaho.
Según me contó de primera mano el propio
inversor, éste iba a visitar al inventor que acababa de
conseguir todo un descubrimiento al desarrollar un
dispositivo de energía libre, pero cometió el error de
dar a conocer su hallazgo en una cadena de televisión local.
El día de antes a que el inversor le visitara, dos agentes del
gobierno entraron en la casa del inventor, suponiendo que
tanto él como su mujer habían salido. Pero su mujer seguía en
la casa y resultó ser bastante diestra con el uso de los
revólveres. Apuntándoles a quemarropa, la mujer mantuvo a los
agentes acorralados en su propia casa mientras desenmascaraba
su excusa de que eran operarios del tendido de televisión que
estaban haciendo una comprobación de las líneas de cable en su
casa. De no haber sido por el asedio a Randy Weaver en Ruby
Ridge, quién sabe lo que hubiera pasado ese día. Algunos
comentarios más de este propio inventor aparecen al final de
este artículo.
Por tanto, ¿a quién apoya nuestro
gobierno? Parece que los grandes intereses económicos,
los cárteles del petróleo y las empresas nucleares tienen
el control de la situación. Estas poderosas compañías no
quieren competencia de ningún tipo. Destinan la mayor parte de
los fondos para investigación a tecnologías para nada
revolucionarias ni novedosas. Parece que ésta no es la
prioridad de nuestra Seguridad Nacional ni del Equilibrio de
Potencias en Oriente Medio, pero sí que es la prioridad de los
intereses económicos de las grandes multinacionales. Un
ejemplo clásico de esto es el reactor de fusión caliente
financiado por el gobierno en unos laboratorios de Princeton,
denominados Plasma Physics Lab. La clase dirigente sabe que
hay maneras más limpias, seguras y económicas de producir
energía nuclear, tales como el bombardeo de litio con protones
–técnica conocida desde 1932 pero que se ha mantenido en
secreto y al margen de la docencia universitaria. Para ello,
pueden leer la obra "The Fifty Year Nuclear War" de David
Sereda publicada en la edición de ene/feb de 1996 de
Perceptions (310_ 313-5185 para obtener más información al
respecto). Se trata de un clásico ejemplo de supresión pasiva
de la alternativa económica, limpia y novedosa que supone la
energía de fusión fría.
Veamos ahora un ejemplo claro
de supresión activa. Hace unos diez años más o menos, unos
inventores aficionados muy avispados cogieron un volante de
generación magnética del modelo Ford T, colocaron una serie de
imanes en forma de espiral por su parte exterior y
desarrollaron un motor-generador capaz de
autogenerarse. Dicho motor-generador (que utiliza el
principio de espiral magnética por variación de distancias)
producía sin interrupción 1.600 vatios de potencia sin
necesidad de energía externa. Estos inventores presentaron
este generador en la Universidad de California, en la que
desconcertaron a profesores, estudiantes y demás asistentes.
Evidentemente, entre el público se encontraban algunos
ineptos del mundo empresarial, porque los inventores fueron
hallados muertos después de la presentación. Los cadáveres de
los inventores se encontraron en la autopista y el remolque en
el que llevaban el generador había desaparecido.
Al
parecer, en la actualidad son los japoneses quienes disponen
de esta tecnología, conocida como el “motor magnético
Wankel”
Motor magnético Wankel
Yasunori
Takahashi, un conocido inventor japonés que desarrolló la
cinta de video en formato beta, ha logrado aplicar sus
superpotentes imanes YT a un ciclomotor magnético Wankel de 15
caballos de potencia, y afirma poder alcanzar los 15 caballos
de potencia con tan sólo unos pocos amperios de electricidad.
Ahora, cuando los japoneses comiencen a exportar estos
ciclomotores a Estados Unidos (si el gobierno estadounidense
lo permite), se agudizará aún más el déficit actual de la
balanza de pagos con Japón. Además, corre el rumor de que
Mazda trató de exportar el motor magnético Wankel en uno de
sus modelos hace varios años pero el gobierno estadounidense
no permitió la entrada al país de dicho producto, de la misma
manera que sucedió con un modelo de Honda de bajísimo consumo.
Esperemos que la política del gobierno estadounidense cambie
antes de que avance aún más hacia su quiebra debido al déficit
cada vez mayor de su balance de pagos con respecto a los
fabricantes japoneses y las petroleras extranjeras por culpa
de las tecnologías despilfarradoras de combustible que hemos
acogido con los brazos abiertos como parte intrínseca de
nuestra “American Way”.
A continuación mostramos otra
historia de supresión, con un incidente con un helicóptero
negro incluido.
2. Alguien presentó una cinta de video
de un avanzado generador de “tachyon” que accedía a ondas
“tachyon” (ondas extremadamente cortas, como las ondas
cósmicas). Dicho generador no sólo producía un excedente de
energía sino que además mostraba ciertas características
temporales. Se efectuó una presentación en la conferencia
anual de Tesla en 1993, sin permiso del inventor. La cinta
se mostró una tarde de viernes, en un lugar situado a unos
5.000 kilómetros de la casa del inventor. Al día siguiente,
agentes del gobierno estadounidense llamaban a la puerta del
inventor pidiendo conocer el dispositivo en cuestión. El
inventor les dijo amablemente que no, y al día siguiente un
helicóptero negro estuvo sobrevolando su casa haciendo fotos
del interior de su hogar. Por lo visto, hay determinados
helicópteros y por supuesto satélites que son capaces de sacar
fotos de cualquier cosa que se encuentre en el interior de un
edificio.
Algo parecido le sucedió a otro inventor que
estaba realizando experimentos con una forma avanzada de
energía que libera plasma. Al día siguiente, mientras estaba
en su casa, sus vecinos le dijeron que habían visto un
helicóptero negro sobrevolando su casa durante varias horas,
evidentemente haciendo fotos de la tecnología que se
encontraba en el sótano.
Otra historia más: en 1995, un
hombre llamado Volcheck de Grand Coulee (Washington), recorrió
los Estados Unidos al completo en un vehículo propulsado por
un gas especial que él mismo había desarrollado y que
tenía unas inusuales propiedades expansivas. El inventor
reconocía haber obtenido la fórmula para ello de unas notas
sin publicar de Leonardo Da Vinci.
El inventor asegura
que el gas se expande enormemente a unos 395 grados Fahrenheit
y hasta 215 milibares de presión. En otras palabras, con una
temperatura de 390 a 395 grados Fahrenheit, este gas se
expande desde un volumen equivalente a una unidad hasta
alcanzar un volumen equivalente a 10.000 unidades. Volcheck
utilizó este gas en un motor de avión Franklin modificado que
operaba más bien como un motor de vapor. Durante su viaje
alrededor del país, no tuvo que repostar en ningún momento,
con un consumo estimado de unos 10 dólares de este gas
especial.
A su llegada del viaje, algunos congresistas
le invitaron a Washington D.C. para darle una bienvenida y
conocer más detalles al respecto. Durante su ausencia de casa,
agentes especiales estadounidenses entraron en su taller,
confiscaron o destruyeron el vehículo que había marcado tales
récords, así como los planos, componentes y contenedores
especiales para el combustible. Posteriormente le dijeron que
se olvidara de continuar haciendo proyectos como
éste.
Pero esto no es todo. Un inventor estadounidense,
doctorado en ingeniería eléctrica en una prestigiosa
universidad americana, había conseguido todo un hito gracias a
un motor de energía libre. Alquiló un salón en una localidad
estadounidense para demostrar su reciente descubrimiento. Fue
una demostración impresionante. Y lo que sucedió después fue
igualmente (supresivamente) impresionante. Una furgoneta negra
con ventanas tintadas estuvo apostada junto a su laboratorio.
Tres semanas después, un equipo de seis agentes especiales
estadounidenses conocido como S.W.A.T. (equipo de
tácticas y armas especiales), provistos de hachas, entraron en
su laboratorio y destrozaron en apenas media hora todos los
equipos que encontraron, que alcanzaban un valor cercano al
medio millón de dólares. Obligaron a los inventores allí
presentes a echarse al suelo boca abajo y a estar con sus
cabezas pegadas al asfalto hasta que todos los equipos fueron
destruidos. Dijeron que estaban buscando material nuclear. No
contaban con ninguna orden, simplemente con las siglas
"S.W.A.T. TEAM" impresas en sus uniformes. Les dijeron a los
inventores que se olvidaran de sus avances y los apartamentos
de algunos de los inventores fueron declarados no habitables.
Los inquilinos fueron obligados a abandonar los inmuebles y el
doctorado en ingeniería eléctrica sigue siendo acosado hoy en
día por la hacienda pública estadounidense.
Por su
parte, Floyd Sweet desarrolló un amplificador tríodo en vacío,
un avanzado dispositivo magnético de energía libre en estado
sólido. A finales de los 80, un hombre que afirmaba
representar a un importante grupo empresarial se reunió con
Sweet y le dijo que no quería que esta tecnología saliera al
mercado en ese momento, llegando a decir “no está fuera de
nuestras posibilidades el hacerle desaparecer del mapa”
(extraído de pag. 78 de “The coming Energy Revolution” de
Jeans Manning, 1996, Avery Publishing Group). En el
interesante libro de esta autora sobre la energía libre podrá
encontrar muchos otros casos de supresión (ISBN 0-895290713-2
($12,95)).
Algunos comentarios sobre la
supresión
Por un inventor de energía libre
(anónimo)
"Los poderes fácticos me enfurecen. No me
gusta tener pinchado el teléfono, ni que me sigan cuando voy
en coche, ni la vigilancia permanente ni que me hurguen en el
correo. No me gustan esas cosas “sin importancia” que
“suceden” a mi alrededor.”
“El único respiro que me han
dado se produjo el verano pasado cuando lo agentes que me
vigilaban fueron llamados para que se unieran en el asedio al
que estaba siendo sometido Randy Weaver." ¿Se pueden creen que
hubo 400 hombres rodeando la casa de un hombre, y que
terminaron matando a su mujer y a su único hijo, porque quería
que le dejaran en paz? Es una larga historia, pero básicamente
a esto se reduce todo.
"He llegado hasta el punto de
crear todo un “procedimiento de defunción” de manera que en
caso de que no pueda beneficiarme de mi capacidad como
inventor, se envíen copias completas de mis notas a
determinadas personas que sabrán ocuparse de
ellas."
“Realmente, no entiendo por qué se ha llegado a
este punto. Los poderes fácticos pueden sencillamente invertir
en mi tecnología o en la de cualquier otro inventor y ganar
tanto dinero como lo ganaban antes. La supresión de estas
tecnologías no beneficia a nadie. Disponer de energía
ilimitada podría convertir potencialmente a este planeta en un
próspero paraíso."
La Oficina de Patentes
estadounidense cuenta con una política que prohíbe conceder
una patente a una máquina que genere movimiento perpetuo. Esta
política es un caso de lo que sucede cuando el gobierno tiene
demasiado poder. ¿Por qué crear una política contra algo que
crees que es imposible? Otra ironía más al respecto es que la
oficina de patentes permite conceder patentes sobre
dispositivos que no funcionan.
Entonces, ¿qué más les
da si una máquina de movimiento perpetuo o de energía libre
funciona o no? Su verdadera función es sencillamente registrar
la patente cuando el inventor la aplique. Si funciona o no, no
debería ser problema suyo. Su razón de ser es el hecho de
dejar constancia de ello, de manera que el inventor pueda
remitirse a dicho registro conforme a una fecha y lugar
determinados para poder decir: ¿ves, yo lo inventé antes que
tú? y por tanto tengo los derechos de venta y fabricación
durante un periodo determinado de tiempo. ¡Eso es
todo!"
“En mi opinión, la Oficina de Patentes de
Estados Unidos se excede con mucho en su función al
discriminar entre unas patentes y otras. Y su actitud ha sido
muy extraña durante mucho tiempo. Charles H. Duell, director
de la Oficina de Patentes decía ya en 1889, “… todo lo que
puede inventarse… se ha inventado. Siempre me entra la risa
cuando pienso en esto."
“En realidad, en nuestro
denominado sistema de la “libre iniciativa”, el mercado será
quien determine el valor de una patente. Una patente que no
funcione o que no sea práctica a la hora de aplicarse en el
correspondiente dispositivo simplemente no será viable
comercialmente. Un dispositivo que sea mejor que los demás
tiene más posibilidades de tener éxito que el resto, tan
sencillo como esto. ¿A cuánta gente le interesa saber lo que
de verdad sucede cuando pulsan el interruptor de la luz? La
inmensa mayoría tan sólo quieren que la luz se encienda. Y si
pueden conseguir la misma luz con un coste mucho menor,
entonces lo que les preocupará será poder ahorrarse dinero sin
importarles cuál es esta “nueva” tecnología que lo ha hecho
posible. Los dispositivos que sean prácticos serán
comercialmente viables, y no debería depender de la oficina de
patentes si será o no será práctico un
dispositivo.”
“Lo crean o no, vivimos en un estado
policial. Estados Unidos y Canadá tan sólo tienen la ilusión
de vivir en “libertad”. Me encantaría (al igual que a
cualquier otro) que esto que digo no fuera cierto por dos
razones. La primera, quiero ser libre con todas mis fuerzas y
poder disponer de los derechos que la primera constitución me
otorgó. Y segunda, si analizas la situación para poder
contradecirme, terminarás dándote cuenta de que lo que digo es
cierto, y en el proceso te habrás informado al respecto, que
es mi verdadera intención. Sigo teniendo la esperanza de que,
si somos un número suficiente, podamos hacer que nuestros
países vuelvan a vivir el sueño que sostuvieron nuestros
antepasados."
Casualmente, la supresión de la que hemos
hablado también se produce en otros países. El austriaco Johan
Grander desarrolló un revolucionario motor magnético que fue
desestimado por la Oficina de Patentes austriaca con la excusa
de que “puede no concederse una patente a aquellos inventos
que afecten negativamente a productos existentes." Actualmente
existen por lo menos 20 patentes de fusión fría detenidas en
Estados Unidos: otra forma de supresión
pasiva.
(Extraído del libro
“The Coming Energy Revolution”
de Jeans Manning)
Enlace al artículo original en
inglés: www.befreetech.com/inventors_beware.htm
|
|